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Los cuatro pasos para tomar decisiones con claridad

A veces, los métodos que usamos para tomar decisiones crean retos adicionales e innecesarios. Si aprendemos a decidir de una forma específica que a continuación te mostraremos, podemos superar los obstáculos y alcanzar nuestras metas más rápido. Si sigues estos cuatro pasos para tomar decisiones, serás capas de obtener lo que deseas, descubriendo la claridad, el propósito y la actitud que necesitas para los momentos importantes.

 

1. Todas las decisiones importantes deben ser plasmadas en papel. 

Si tratas de hacer las decisiones sólo en tu cabeza, sólo vas a llegar al mismo punto una y otra vez. ¿Te ha pasado?

Cuando piensas en una opción, te dices “Es una buena idea, pero, ¿qué sucedería si tomo esa decisión?” Una alternativa viene a tu mente y entonces vuelves a pensar, “¿y con eso qué pasaría?” Muy pronto, piensas de nuevo en la primera opción y no has avanzado nada en tu toma de decisión.

Esa presión desaparece cuando pones en papel tus pensamientos. Cuando lo escribes, tendrás una lista física que te dice exactamente a dónde ir, porque no tienes que recordar absolutamente todo; sólo debes verlo. Esa liberación te estrés de dejará pensar mejor y concentrarte en la meta.

2. Ten claridad en lo que quieres y por qué lo quieres. 

Debes tener completamente toda la certeza de cuáles son los resultados que esperas y el propósito que debes cumplir, de lo contrario, andarás sin un rumbo preciso. Si olvidas las razones detrás de tu decisión, ésta de volverá confusa y al final no habrá valido de nada. ¿Tendrás beneficios mentales, físicos, profesionales o de otra clase?

Además, también necesitas una forma de medir tu avance. Suele ocurrir que las personas estamos progresando y ganando, pero sentimos que no es así porque no tenemos parámetros para tomarlo en cuenta. Puede ser algo cuantitativo como la cantidad de dinero que ahorras, los días que tienes libres, las quejas que disminuyan en tu empresa; o más cualitativo, como tu sentimiento hacia determinada actividad, la cultura organizacional de tu negocio o la comprensión de determinadas instrucciones.

 

3. No dejes que el miedo te domine. 

Una de las cosas más importantes al momento de aprender a tomar decisiones, es que a veces estamos asustados no sobre la decisión, sino sobre qué pasaría si las cosas suceden diferente a como las planeamos. Evitar que ese miedo te domine es lo mejor que puedes hacer, puesto que prácticamente nunca tenemos completa certeza del futuro. Una manera de enfrentar esto es tener un seguimiento cercano de nuestras decisiones y así mejorar cada vez más en cómo las tomamos.

 

4. Tomar una decisión es reconocer su valor. 

A veces, lo complicado de tomar decisiones es que no sólo se obtiene un resultado, pues puede haber muchos. De todo eso, la pregunta clave es: ¿qué de todo eso es la prioridad para tu toma de decisión? ¿Qué está en segundo lugar, tercero…? Si tus prioridades son claras, será mucho más fácil diseñar cómo llegar al mejor resultado.

La próxima ves que te enfrentes a la toma de decisiones, ya sea grandes o pequeñas, aplica estas cuatro reglas, para que tomes la dirección correcta que te permita llegar a tus metas.

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